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Un empleado de Siemens está reinventando la forma en que desechamos nuestra tecnología.

La idea no surgió de la sala de juntas. No fue el resultado de interminables sesiones de planificación. Fue, más bien, el resultado de una conversación entre Philip Schaus y dos colegas. Y, a pesar de sus humildes comienzos, ya ha cambiado la vida de 30.000 personas en todo el mundo.

La basura de uno es el tesoro de otro.

 

La idea de convertir dispositivos desechados en oportunidades educativas Responsable de la compra de equipos informáticos para Siemens en Canadá, Philip estaba cada vez más preocupado por la política de la empresa de reemplazar las computadoras portátiles de última generación cada tres años. "Tres de nosotros estábamos estrechamente involucrados en el ciclo de vida de estos dispositivos y todos compartíamos la frustración de que estos dispositivos tan buenos terminaran en vertederos", afirma Philip. Pensando en los 43 millones de toneladas de residuos electrónicos que se producen a nivel mundial cada año (el equivalente a 800 computadoras portátiles por segundo), Philip y sus colegas se preguntaron: ¿Qué pasaría si pudieran reducir la cantidad de residuos que se envían a los vertederos y, al mismo tiempo, brindar a la gente la oportunidad de conectarse a internet? La mitad de la población mundial no tiene conexión a internet, y las investigaciones demuestran que los estudiantes sin acceso a internet en casa se encuentran en desventaja educativa.

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Miembro activo de su comunidad, una conversación con un profesor local animó a Philip a destinar las computadoras portátiles usadas a causas benéficas. "Comentaban que los niños a menudo no entregaban sus tareas porque no querían admitir que no tenían una computadora", cuenta Philip. "Sin la capacidad de cumplir con los requisitos educativos, los niños no terminaban la escuela, nunca pasaban a la educación secundaria ni exploraban un oficio". En línea con los ambiciosos objetivos de sostenibilidad de Siemens, Philip y sus colegas obtuvieron la aprobación para probar su idea de reacondicionar 25 computadoras portátiles.

 

Acondicionando computadoras portátiles para uso futuro

 

El domingo siguiente por la tarde, borraron todos los datos de las computadoras portátiles y reinstalaron los programas necesarios para que fueran lo más útiles posible para los estudiantes. Después, las regalaron o pidieron una pequeña donación para cubrir sus gastos. “Vender a precio de mercado no ayuda a quienes tienen dificultades para alojar y alimentar a sus familias, y no contribuye en absoluto a aumentar el porcentaje de personas conectadas en el mundo. CFCC tiene la oportunidad de tener un impacto mucho mayor en la promoción de la tecnología y el desarrollo social”, afirma. Encontrar los fondos para continuar con su causa fue un desafío, y los obligó a buscar maneras creativas de seguir adelante, como usar las cajas de plátanos sobrantes para entregar las computadoras portátiles a sus nuevos dueños.

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Una organización benéfica que cambia vidas.

 

Tras varios meses, el equipo recibió un flujo regular de computadoras portátiles para reacondicionar, y el entusiasmo contagioso de Philip por el programa inspiró cada vez a más empleados de Siemens a donar su tiempo para ayudar. Trabajaron juntos para recaudar los fondos necesarios para registrarse como organización benéfica —Corporations For Community Connections (CFCC)—, lo que facilitó la cobertura de sus gastos.

 

En los últimos ocho años, CFCC ha contado con la participación de más de 400 voluntarios en talleres de un día. En un taller típico, 30 voluntarios pueden reacondicionar 250 computadoras portátiles. Han donado más de 2500 computadoras gratuitas a escuelas y organizaciones benéficas, y han ayudado a 30 000 personas en zonas de bajos ingresos de Canadá, así como en Nepal, Costa Rica y Nicaragua, a conectarse a internet.

 

Philip, ahora presidente de la organización benéfica, recibió un premio global a la innovación de Siemens y espera expandir el proyecto a oficinas fuera de Canadá. Mientras tanto, el éxito del programa de donación de computadoras portátiles ha contribuido significativamente a que la empresa fuera nombrada uno de los empleadores más ecológicos de Canadá por séptimo año consecutivo.

 

¿Qué le depara el futuro a CFCC? "Mi sueño es que haya una revolución", afirma. "Mi sueño es que las grandes corporaciones comiencen a aceptar ampliamente la idea de que son responsables de algo más que las ganancias. Sus responsabilidades se extienden al medio ambiente, la educación, el avance tecnológico y el desarrollo social".

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Philip Schaus es Gerente de Productos Básicos de Tecnología de la Información en Siemens, Canadá. Trabaja en la empresa desde 2005 y reside con su esposa en Kingsville, Canadá. Su función consiste en la búsqueda de productos y servicios que no vende Siemens, pero que son necesarios para los empleados de la empresa. Durante su trayectoria, ha sido responsable de la compra de servicios de TI y equipo de cómputo, teléfonos, servicios de consultoría y servicios de programación.

 

Philip está convencido de que la negociación es una habilidad esencial para un Gerente de Productos Básicos exitoso. "Siempre les digo a todos que las negociaciones no tienen principio ni fin. Simplemente son constantes. Puedes firmar un contrato, pero inmediatamente después puedes estar volviendo a tener conversaciones con la misma empresa y empezar a sentar las bases para un futuro acuerdo". Las habilidades adquiridas como Gerente de Productos Básicos han sido clave para que Philip estableciera CFCC. "Es el mismo conjunto de habilidades", afirma, "uniendo pequeños detalles para crear una solución".

 

Philip es un creador de futuros: una de las 377,000 personas talentosas que trabajan con nosotros para dar forma al futuro.

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Lea la historia completa en el sitio web del futuro creador:
https://medium.com/futuremakers/one-persons-trash-is-another-person-s-treasure-a939726dcf3

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